14 mayo 2014

La reseña de "El viento se levanta"

El 25 de Abril se estrenó finalmente la última película de la carrera de Hayao Miyazaki como director de animación en los cines de nuestro país. Estamos hablando de El viento se levanta (Kaze Tachinu), la cual se ha colocado en nuestras taquillas con más de 250.000€ recaudados en apenas su segunda semana y que ha sido distribuida en nuestro país gracias a Vértigo Films.


Bien, para poneros en contexto, El viento se levanta es un film de animación sobre la vida del ingeniero de aviones Jiro Horikoshi, ingeniero puntero antes y durante la II Guerra Mundial en lo que aviones se refiere y creador de los modelos de avión tipo zero, además de ser responsable de darle una limpieza de cara a la ingeniería japonesa en lo que a aeronáutica se refiere, que entonces siempre se basaba en modelos provenientes de Alemania.
En el film se muestra su infancia, su época de estudiante, su principio como ingeniero en la empresa Mitsubishi Motors, que entonces era la encargada de hacer armamento para los militares japoneses y su romance con una joven de alta sociedad llamada Naoko. Es decir, la época cumbre del ingeniero.

Hay muchos motivos lo que hace de esta película algo especial e imprescindible de ver, donde la primera de todas es su contenido realista, por empezar en algún punto en concreto.
La historia que está basada El viento se levanta es real y biógrafica, a pesar de que sea quizás una cuarta parte de la vida del ingeniero, pero tal y como se muestra en la película y reiterando lo anterior, es su década de oro. 
La ambientación es real y realmente estás viendo y oyendo al Japón de entonces incluyendo las habladurias de la gente sobre la Guerra Mundial que estaba a la vista que iba a caer sobre ellos, cosa por la cual a Hayao Miyazaki se le tachó de antipratiota, ya que hay declaraciones de la película que pueden dar a entender esto, como que Japón iba a perder la guerra desde un principio, cosas que decían hasta los propios constructores de armas militares. Empezando por el terremoto que desoló Tokyo en 1923 a causa de los incendios que se propagaron debido a este.
Pero a pesar de su realidad en el film, sabe mezclar la fantasía que tanto nos fascina en el mundo Miyazaki, ya que para representar lo visionario que era el protagonista ingeniero, recurre a los sueños del protagonista para demostrarnos hasta que nivel llegaba la mente de este y como su idea verde e inmadura se convierte en algo real, siguiendo siempre a su gran inspiración, un ingeniero italiano llamado Caproni.


Cabe remarcar, que Hayao Miyazaki es un fan aférrimo a los aviones, y aquí queda plasmada su amor por estos hasta tal punto que hace de está película además de realista, un film de animación tecnico, donde los engranajes son mostrados con mimo, como los mecanismos de las alas de los aviones o como el tipo de tornillos que iban en estas, de forma que es un punto remarcable que fascinará a los amantes de los aviones como Miyazaki, y a los que no les despertaba ningún sentimiento, también se sorprenderán del nivel de detalle y sobretodo de la forma tan pragmática que tiene de explicarlo.

Nunca hay que olvidar la fuerza de los protagonistas en la película que consta de la materia principal de esta, ya no solo por su biografia, si no los demás que giran en torno a Jiro, Ya sea por su romance con Naoko, pieza fundamental en la obra o por su amigo Honjo, el cual también  que trabajó en la misma empresa que Jiro Horikoshi , Mitsubishi Motors y que eran amigos desde la universidad; o incluso la hermana del protagonista que a pesar de ser una chica de los años 30, tenia el sueño de estudiar y ser una mujer auto-suficiente, cosa que era extraña en esa época.
De esta forma se plasman diferentes caracteres que se entrelazan entre ellos encajando perfectamente y dandole una harmonía a la historia perfecta y una representación real de como era Tokyo en una época donde las nuevas tecnologías se iban haciendo paso poco a poco. Siempre dejando leer entre lineas esos mensajes ocultos que tanto le gustan al maestro Miyazaki y que por ello hace de esta una película para adultos.

Respecto a la banda sonora es especialmente bonita, pero hay que hacer enfásis en los sonidos de los aviones, ya sean sus motores o sus movimientos, regalando a los oidos sonidos que llegan a parecer voces a pesar de ser un motor encendiendose o una helice parandose, o simplemente el rugir de un terremoto o el levantar del viento, un elemento con un gran mensaje dentro del film.

Pero lo más importante de todo es esa moraleja que acaba de rematar el film. Esa oda a la vida que nos muestra Hayao Miyazaki, empezando por el lema : El viento se levanta, hay que seguir viviendo de Paul Valery y esa demostración de que su época para el ha finalizado, a pesar de que va a seguir viviendo regalándonos así  para la vista y oídos su película más personal y que posiblemente más gusto le ha producido realizar, ya que el mismo confesó que se emocionó al acabar de verla. Por todo aquello que a querido transmitir ahí dentro y que hasta que no se ve y se asimila, no se puede comprender a pesar de intentar explicarlo con todas las palabras del diccionario, es más que motivo suficiente para dedicarle las dos horas que dura. 
 
Una gran joya que remata a la perfección el fin de la carrera como director de animación del maestro Miyazaki. Sin duda, se le echará de menos.

Por: Laia

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