El emperador de Japón, Akihito, ha confirmado este lunes públicamente su voluntad de abdicar debido a su avanzada edad y antes de que su salud no le permita ejercer sus funciones con solvencia. En un mensaje televisado, el soberano japonés mostró su preocupación de que "algún día" se encuentre con dificultades para llevar a cabo su papel de jefe de Estado, algo que "podría tener efectos adversos para la sociedad" nipona.
En un vídeo de unos diez minutos grabado en el Palacio Imperial, Akihito evitó referirse de forma directa al procedimiento de abdicación porque la legislación de la Casa Real del país no lo contempla. Para que el actual emperador ceda el Trono del Crisantemo a su hijo Naruhito, el Parlamento japonés debería aprobar una reforma del marco legal vigente.
"Me preocupa que pueda convertirse en algo difícil para mí llevar a cabo mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora", ha dicho Akihito, de 82 años. Es la segunda intervención de este tipo que el monarca hace desde que accediera al Trono del Crisantemo en 1990. La primera ocurrió en 2011, tras el terremoto y posterior tsunami que asoló la costa nororiental del país y provocó miles de muertes y un accidente en la planta nuclear de Fukushima.
"Hay momentos en que siento varias limitaciones por mi condición física", dijo Akihito, que descartó hacer frente a esta situación solamente traspasando algunas competencias a su heredero. "Cuando un emperador enferma o su estado de salud es grave, me preocupa que, como ha sucedido en el pasado, la sociedad entre en punto muerto o la situación pueda impactar en las vidas de la gente (...) En ocasiones me planteo cómo sería posible evitar esta situación", subrayó.
Akihito sufre problemas de salud desde que en el año 2003 se enfrentó a un cáncer de próstata. El tratamiento que le ayudó a recuperarse de la enfermedad le creó una osteoporosis. En 2011 sufrió una neumonía y un año más tarde se sometió a una operacion de bypass de corazón.
La opción de renunciar al trono por motivos de salud es una decisión insólita en la historia moderna del país. La última ocasión en que abdicó un soberano nipón fue hace dos siglos, cuando el emperador Kokaku renunció en 1817. Akihito ha mostrado su disposición a ceder la jefatura de Estado a su hijo semanas después de que varios medios locales adelantaran que el emperador quería abdicar "en los próximos años".
Aunque no se dijo de forma explícita, el legislativo japonés deberá poner en marcha próximamente el procedimiento para abordar una reforma de la ley que rige la Casa Real que facilite la abdicación de Akihito en favor de su hijo. El primer ministro nipón, Shinzo Abe, dijo tras la emisión del mensaje que el Gobierno se toma "muy en serio" las palabras del emperador y que se empezará a buscar una vía para que se cumpla su voluntad. "Hay que ver qué podemos hacer", dijo Abe al respecto, informa la agencia Kyodo. La coalición liderada por el partido del actual jefe de Gobierno goza de una amplia mayoría tanto en la Dieta (parlamento) como en el Senado.
Por: Karsa
Fuente: El Pais
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