Reseña de "Siempre a tu lado, Hachiko".

Siempre a Tu Lado, Hachiko, no es un film de origen asiático, y apenas cuenta con  un actor de nacionalidad japonesa; pero creo que se merece un hueco en este blog por la historia que cuenta y el origen de esta.

Siempre a tu lado, Hachiko es una adaptación de la película japonesa Hachiko monogatari ,proyectada en cines en el 1987, el cual cuenta la famosísima historia, ya casi dada la vuelta al mundo, sobre el can de raza Shiba que espero a su dueño en una estación de tren hasta que pereció. Todos conocemos esta historia ya que muchas veces sale mencionada en muchos mangas y animes.

De esta forma, Lassie Hallstrom dirigió la adaptación de esta historia junto a Richard Gere y Joan Allen, además de ser guionizada por Stephen P. Lindsay.

El film es una historia contada por el nieto del cuál fue el dueño de Hachiko. Este personaje interpretado por Richard Gere, Parker, va cada día a dar clases como profesor de música a una universidad el cuál se tiene que transportar hacia allí en tren, y por caprichos del destino, en un día de estos se encuentra en la estación un cachorro de Shiba que se ha extraviado. Al principio, y como a muchos les pasa, la intención no es quedarse con el can, pero dado la inteligencia de este y la facilidad con el que se domestica, acaba siendo uno más de la familia.

De esta forma, se crea un vínculo especial entre el can y el protagonista, siendo inseparables. El can, Hachiko, acompaña cada día a su dueño a la estación del tren, y a la hora en la que él suele regresar, el Shiba le está esperando. Hasta el día en que el profesor de universidad no vuelve.

Aquí empieza la parte más dura del film que dura hasta que se acaba este y que no dejará ni al mas duro en las películas lacrimógenas que no se emocione ni tan solo un poco, ya que el can sigue volviendo cada día a la estación a esperar a que vuelva su dueño.

La película no tiene mucho más. El argumento es sencillo pero no por ello insuficiente, más bien al contrario.

Con esta sencillez y sutileza, el film es capaz de demostrar hasta que punto llega la lealtad de un animal, en este caso de un can cuya raza se le considera especial por su inteligencia y su manera de hacerse entender.

En cuanto a los actores, Richard Gere sigue con su pausada y tranquila actuación, dando calma a la gran pantalla y sin salirse de los patrones establecidos, aunque poco más puede hacer según su papel. Mientras que el demás reparto gira entorno al can, quedándose como personajes secundarios, echo que hace que te empatices de forma más intensa con el animal y su periplo.

Siempre a tu lado, Hachiko, te sumerge en ella desde el primer minuto y no puedes apartar la vista hasta los créditos finales haciendo de esta una película emotiva, dulce y triste a la vez, que no deja de reflejar una verdadera historia de tal repercusión, que el verdadero Shiba que estuvo esperando a su dueño, tiene una estatua conmemorativa en la estación de Shibuya , barrio generalmente comercial de Tokyo, Japón, además de salir en todos los periódicos del país.

Por último decir que es un film muy recomendable, sobretodo para los amantes de los animales, y quizás para llegar a concienciar sobre el abandono familiar. Porque aunque un animal no se exprese como nosotros, no significa que a su manera e instinto, eche en falta una parte fundamental de su manada, que como nosotros nos llamamos, es su dueño.

Y sobretodo, si vais a ver este film, tener un paquete de pañuelos cerca.

 

Por: Laia