26 enero 2013

Orígenes de las artes marciales: Historia del Karate

Bienvenidos a la segunda parte de los orígenes de las artes marciales, esta vez nos toca el Karate.


Para entender cómo pasamos del Tode al Okinawa-Te debemos saber un poco más sobre la historia de Okinawa y de Japón en General. Tal es que en 1477 el monarca de Okinawa (en ese momento país independiente de Japón) publicó el "Edicto de no Espadas" para así poder evitar cualquier tipo de revuelta armada, lo que conllevo a que los okinawenses dejaran las armas como tal y empezaran a entrenarse con los  utensilios de campo y de casa y con las manos desarmadas, para así hacer frente a los invasores o a los bandidos nativos. Más tarde, cerca del 1600 el clan Tokugawa accede al poder y vence a su rival, el clan Satsuna quién gobernaba la isla de Kyushu. Con esto los ciudadanos se vieron forzados a enfrentarse muchas más veces a guerreros armados, teniendo que desarrollar así muchas técnicas nuevas con las manos desnudas. Tras unos 30 años, la prohibición de portar armas fue obteniendo cada vez penas más graves, por lo que el arte de la mano vacía fue imponiéndose en Okinawa, y sus habitantes fueron evolucionando las técnicas en función de las nuevas armas con las que sufrían ataques. Este nuevo arte lo nombraron "Te" (mano), pero debido a su gran violencia y efectividad también intentaron prohibirlo, con lo que el arte pasó a ser practicado en la clandestinidad. Se trataba de un arte mortal, muy efectivo y centrado única y exclusivamente en eliminar al enemigo.

A partir de este momento empiezan a surgir los grandes maestros de las artes marciales, tales como Chatan Yara o Sakugawa (1733 - 1815), el cual instaura el Okinawa-Te como Arte Marcial y lo hace propio de la isla de Okinawa. También fue el el que introdujo el concepto de "Dojo"(lugar de entrenamiento) y el "Dojokun"(reglamento del lugar de entrenamiento). Sakugawa fue el maestro de Sokon "Bushi" Matsumura, el último que recibió el título de "Bushi" o Guerrero de mano del emperador, y fue este el entrenador de la guardia real del emperador. Y es uno de sus alumnos, Yasutsune "Ankoh" Itosu, quien estableció el Okinawa-Te en las escuelas de secundaria, para así poder transmitir el arte a las nuevas generaciones. También fue Itosu quién creó los Katas Heian (Mente apacible o mente en paz), los Katas básicos para poder aprender los movimientos principales y más importantes del Okinawa-Te.

El alumno más aventajado de Itosu fue Gichin Funakoshi (1868-1957), padre del Karate-DO. Fué Funakoshi quién instauró en 1916 el Okinawa-Te en las escuelas de todo Japón y cambió el nombre por Karate-Do (camino de la mano vacía), y posteriormente en occidente, empezando por EEUU en 1953. Funakoshi creó asimismo la escuela Shotokan, un estilo de Karate, el más fiel al Okinawa-Te y el que en la actualidad tiene a más seguidores en el mundo.




Tras su muerte la escuela paso a manos del maestro Masatoshi Nakayama, quién creó la gran asociación a nivel mundial JKA (Japan Karate Association), enviando a sus alumnos alrededor del mundo para que así el Karate se esparciera por el mundo entero, y que todos pudiéramos disfrutar de su práctica.

Y esto nos lleva a la actualidad, dónde si miramos por internet veremos que en todos los países existen escuelas de Karate, de diferentes estilos eso sí pero parece que el objetivo de Nakayama se cumplió y ahora es el turno de los nuevos Karatekas de evolucionar y transmitir los conocimientos que los grandes maestros de la actualidad y de antaño nos han cedido a nosotros.

Espero que con esto os pueda haber transmitido mi sentimiento hacia este arte marcial, y espero que a más de uno le apetezca probarlo, porque os aseguro que os cambiará la vida.

PD: El maestro Funakoshi dedicó su vida al Karate, pero también fué escritor, y solicitó que en su muerte se citará la que para él fue, es y será la más importante de las bases del Karate-Do, y así figura aún en su tumba; esta es "Karate ni sente nashi" (El Karateka no realiza nunca el primer ataque), para hacernos entender a todos que el Karate no es un arte para atacar/herir, sino para defender/proteger, ya sea a nosotros o a los demás.


Por: Karsa



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