Hoy toca reseñar un manga licenciado por Milky Way Ediciones, la editorial que está trabajando para traer a nuestras tiendas historias que a pesar de no ser el estilo normal de edición en este país, también tiene muchas cosas que contarnos; y realmente con este título que vamos a contaros a continuación han acertado de lleno.
Estamos hablando de: Los Dioses Mienten.
Los dioses mienten es un manga de la autora Kaori Ozaki, el cual fue publicado por primera vez en el 2013 en la revista Afternoon de la editorial Kodansha.
En este se nos explica con sutil ternura la historia de Natsuru, un chico venido de Tokyo a un pequeño pueblo japonés, que aún va a la escuela y que por el simple echo de rechazar a la chica más popular de clase se ve ignorado por todas estas. Hasta que un día cualquiera le dirige la palabra Suzumura, la chica más alta de la clase creandose así una preciosa amistad junto al hermano de ella, pero sin olvidar que esta esconde un gran secreto que les llevará a una aventura para tres críos de primaria.
Respecto al argumento, no podría estar más equilibrado. Durante la mitad del manga, estás disfrutando del ir y venir de unos niños de primaria. De sus juegos, sus temores y su particular visión del mundo. No obstante, en el inocente avanzar de unos niños encuentras problemas sutilmente mezclados, así como el súbito cambio de entrenador en el equipo de fútbol o que Suzumura vive sola con su hermano, a la espera de que su padre venga de trabajar en alta mar.
Hasta llegar a la segunda mitad del manga, donde los terribles secretos se descubren y entonces la historia da un giro drámatico, poniendo en vilo al lector y absorviendole en la lucha de los niños para seguir juntos en su amistad y comienzo de descubrir que es querer a alguien.
No quiero revelaros que ocurre ya que prefiero que descubráis vosotros los secretos de Suzumura y que os inmerseis en está tierna historia tan bien explicada en un simple tomo, pero si os confesaré que alguna lagrimita de emoción se escapa.
El siguiente punto es el dibujo. Pues si el argumento es bueno, el dibujo es mejor. Kaori Ozaki tiene un estilo sencillo que según como sus personajes femeninas parecen sacadas de una película de Satudio Ghibli; ya que cada personaje tiene su propia personalidad y características físicas que son fácilmente de ver. Se ve a Suzumura bien alta, a Natsuru como un chico que aún no se ha desarrollado, a una fina Himekawa, un entrenador de fútbol con experiencia o a una loca madre escritora de novelas ligeras.
De esta forma los personajes son totalmente expresivos, sin necesidad de poner mucho texto o onomatopeyas, también gracias al libre trazo de la autora, que sin necesidad de cargar de detalles te cuenta todo lo que quiere.
Además, entre viñeta y viñeta la autora va mandando mensajes subliminales al lector que todos cobran sentido una vez que finalizas el manga, o que van dando pequeñas situaciones a lo largo de la relación entre la tímida Suzumura y el impetuoso Natsuru.
No obstante, cabe decir que como única pega, el título es lo que menos me casa con la historia, a pesar de que le da su explicación al final de la historia, pero que quizás con nuestra cultura no se acaba de comprender. Pero bueno, no es nada que vaya a afectar al disfrute de la historia.
En conclusión, es un manga tierno y diferente que queda bien en cualquier estantería entre nuestras joyas de lectura.
Felicitaciones a la editorial asturiana por esta adquisición y darnos la oportunidad de meternos en la aventura de Natsuru y Suzumura.
Por: Laia
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